31 jul 2008

Capítulo XVII: La Gradh - Uha

Luca contempla atónito el brillante fragmento del tan preciado material, que lentamente comienza a derretirse en el cálido mediodía Syrtense, formando un incipìente charco sobre la superficie del tosco baúl. Comprende súbitamente el motivo de la incomodidad del enano, provocada, ahora lo sabe, por las bajas temperaturas y humedad que le estarían causando en tal íntimo escondite. Una amarga duda lo asalta y con precaución, acerca su roja cabeza al helado cristal, y en un gesto de valor indómito, lo huele. Afortunadamente, la gruesa envoltura de cuero, ha mantenido a salvo el valioso producto durante su travesía en tal hostil ambiente.

El bárbaro recuerda con disgusto pasadas experiencias, cuando había comenzado a escasear el hielo, y trataron de utilizar la magia para generarlo. Lamentablemente, el báculo no estaba lo suficientemente limpio, y pasaron toda la noche escupiendo insectos y espinas de hiedra que continuamente aparecían en los vasos, sumado al horrendo sabor, que de algun modo, había impregnado la bebida con vestigios de los más oscuros conjuros lanzados anteriormente por el brujo.

- Nunca más - pensó para sus adentros.

El comerciante, mientras tanto, negociaba en voz baja con el alsirio, quien tras unas cuantas negativas, parecía al fin acceder al realizar el intercambio. Cruzaron unas palabras más en el extraño idioma enemigo, y luego el barbudo guerrero, con una sonrisa se acercó al pelirrojo, y le hizo una reverencia, dispuesto a marcharse.

Luca, recordó el tono burlón con el cual se había referido a su demorada ceremonia de Gradh - Uha, y subitamente, obedeciendo un repentino impulso, le habló al viejo.

- Oiga, jefe... un favorcito.... - el viejo lo miro sorpendido - digale acá al petiso... que hoy mismo a la noche, a la medianoche, me voy a graduar... como sea...

El viejo, encogió los hombros y le tradujo al enemigo las bravas palabras del pelirrojo bárbaro. Un brillo cruzó los ojos del enano, tras las pobladas e hirsutas cejas, y le preguntó algo al comerciante.

- Dice que donde...

Luca, quedó pensativo por un momento. Quizás había lanzado demasiado presurosamente el anuncio, sin detenerse a pensar las consecuencias.

- Boquié - pensó

- A ver... a ver... - la limitada inteligencia del bárbaro, buscaba en sus recuerdos, el lugar ideal para graduarse. El recuerdo de las increibles experiencias de la masiva fiesta aniversario, vino a su mente como un rayo.

- En el pozo - su voz sonó un poco débil, pero luego, inflando el pecho, repitió con valor. - En el pozo, hoy, jueves, a la medianoche.

El viejo, una vez más, trasladó las palabras al alsirio, quien asinitió con la cabeza, saludo una vez más, y desapareció rápidamente por la luminosa abertura que daba al exterior.

De pronto el bárbaro recordó la urgencia de su misión, y pensó con angustia en la posibilidad de quedarse sin asado, y aun peor, sin vino.

- Bueno jefe, la voy haciendo, que me van a dejar sin nada.... me dice que le debo ?

- A ver pibe, pará que llegó la lista de precios nueva... mmm serían... - el viejo miro el hielo, como calculando para sus adentros - y dame 20.000 .

- 20 K !!!! por un poco de hielo !!!

El bárbaro lanza al cielo, un desgarrador lamento que llega desde lo más profundo de su dolido espíritu...

- La puta madre !!!

Capítulo XVIII : Silencio


6 jul 2008

Capitulo XVI: El bulto del enano

El anciano le señala una alta caja al Alsirio, quien de un ágil salto se trepa, acomodando las cortas pero gruesas piernas que quedan colgando en el aire. Luca recuerda con turbación aquellos rumores que circulaban en las rondas de la taberna, acerca de la real profundidad de la alianza entre los Uthgars y los Enanos, en las largas y heladas noches del montañoso reino.

El guerrero enemigo le dice algo al viejo, mientras señala al pelirrojo.

- ¿Que le dijo?

El viejo sonríe brevemente.

- Nada.
- Dele don, digame...
- jeje.. dice que sos un pete, que cuando te vas a graduar ...


Las rudas mejillas del bárbaro se tiñen de un rojo similar al de su cabello, al escuchar una vez más el reiterado reclamo, no ya en boca de sus compañeros de clan, sino de un enemigo. Llevaba tiempo más que suficiente en Zona de Guerra para ser un Cincuenta, pero todavía no había conseguido el preciado estado que se alcanzaba tras la sagrada ceremonia, la Gradh - Uha. El pleno poder sus capacidades, unido a la liberación del odioso leveo, eran la meta a lograr tras horas y horas de ultimar diversas criaturas o arrebatarles sus partes.

Vuelve a la memoria del bárbaro aquella ocasión en el comienzo de su entrenamiento, en la cual la sencilla tarea de recolectar unos Huevos de Aquantis, se había tornado un cruento episodio al confundir en su inexperiencia a estos últimos con los Cíclopes, quienes no tomaron por supuesto con agrado la iniciativa, resistiendo con insólita bravía, sus esfuerzos en obtener tal estimado botín.

- Digale que lo voy a invitar cuando me gradúe... que los voy a invitar a todos los del clan, jeje -

La rivalidad ancestral entre los clanes era conocida en los tres reinos. El enano escucha con atención la traducción que le hace el mercader, y luego asiente con una sonrisa.

- Que querés que te diga, pibe... a mi me cagaron... - El viejo se sienta en una vieja silla de paja que acomoda en el centro de la habitación.

- ¿Sabés como laburaba yo acá con la bola de leveo ? Día y noche tenía, gente. Flechas, armaduras, báculos... me iba una vez por semana a la capital a traer túnicas nueva..., viste como es... lo que se usa en Fisgael...

Habla el mercader, con la miradada perdida, contemplando tal vez en su mente aquellos tiempos dorados que rememoraba y no los polvorientos estantes en los cuales se apilan, ordenados en incontables filas, una diversa multitud de objetos.

- Y de un día para el otro... nada ! Sacaron todo los hijos de mil... - crispa su puño arrugado, y se devanece su voz, mientras mira alrededor con desconfianza. - ya no vino nadie...

- Encima... viste como es... yo por ley, igual tengo que seguir comprando... y no estoy vendiendo nada... mirá esto, mirá - Señala las cajas en el extremo de la habitación, y las altas estanterías.

- Pestañas de Gárgola, Bigotes de Oso, Orejas de Yeti Bestial... - con gesto irritado el anciano se incorpora y va abriendo las ruinosas cajas.

- ¿ Me decis que mierda hago con todo esto ? Una piel de León siempre viene bien, es algo que tiene salida... pero ¿Sabes lo que es que un pelotudo te despierte a las 3 de la mañana para venderte unas alas de avispa ? - Arruga en sus manos un fragil monton de delgadas hojuelas transparentes, que se deshacen con un crujido.

- Alas de avispa... - murmura... y vuelve a sentarse abatido.

El enano, se revuelve incomodo en su lugar, con gesto preocupado. De pronto, mete la mano bajos sus asentaderas, y vuelve a retirala humeda, brillantes gotas cayendo por sus dedos. Pronuncia el guerrero enemigo una gutural expresión, ( que aunque desconocida para Luca, deja imaginar en sus rotundas sonoridades una profunda contrariedad ), mientras se levanta para dejar ver su pantalón con una notoria mancha mojada. El bárbaro contempla atónito como el barbudo personaje, hunde las manos bajo la ropa y comienza a hurgar, buscando algo en su entrepierna.

- Ah bueno... - piensa Luca.

Más la sorpesa es mayor cuando el alsirio extrae de sus ropas, un bulto de cuero, que demuestra ser la fuente del derramado liquido. Con un sonoro ruido, deposita el envoltorio en la tapa de la caja y comienza a manipular los intrincados nudos que la mantienen cerrada, hasta que logra al fin su objetivo y extrae de su interior, un reluciente y perfecto bloque de hielo.

El bárbaro no puede reprimir un grito de asombro, ante tal revelación, y un pensamiento ocupa su tosca mente.

- La puta madre !!!

Capítulo XVII: La Gradh - Uha




5 jul 2008

Cómic



Una prueba de historieta que que tiene algún tiempo.
Lamentablemente, no pude traducir las runas...
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